La ciudad de Astorga ha heredado una rica tradición gastronómica gracias a la cual se pueden degustar singulares platos y especialidades típicas, sin duda el plato estrella de esta tradición, es el Cocido Maragato; su degustación se inicia con siete tipos de carne, tanto  de cerdo, como de pollo y de  ternera, a continuación los garbanzos que suelen ser de la variedad conocida como “pico de pardal “;y que, a su vez van acompañados por patata y berza; para terminar con la sopa y el postre de natillas con una especie de bizcocho denominado “roscón”.

Los habitantes de Astorga y su comarca se dedicaron desde siglos a la arriería, que consistía en el transporte de todo tipo de mercancías con carros y tiros de mulas. Los arrieros maragatos viajaban por todo el país, aunque una de sus rutas principales iba desde las diversas zonas costeras del norte hasta el interior, esto ayudó a popularizar una serie de platos muy comunes en los puertos marítimos, por ejemplo el bacalao, el pulpo y el congrio al ajoarriero.

Otra de las joyas de la gastronomía de Astorga y comarca es  la Cecina de Vaca que lleva la Indicación Geográfica Protegida “Cecina de León”, y las carnes rojas, procedentes del ganado criado en la cercana sierra de Teleno.

Estos productos y especialidades se pueden degustar en los restaurantes del municipio de Astorga , bien en sus formas tradicionales, o en forma de recetas evolucionadas más adaptadas a los gustos actuales.

Los postres y dulces tienen también un lugar privilegiado en la gastronomía astorgana, los  su  las famosísimas mantecadas , los ricos hojaldres, el tradicional chocolate para «hacer a la taza» o los merles.

La primera referencia escrita que se hace de las mantecadas, data del año 1805, si bien con toda seguridad su origen es anterior y posiblemente ligado a los dulces y la repostería de los monasterios femeninos de la ciudad. Este producto con más de doscientos años de antigüedad, se elabora con materias primas de gran calidad para que su sabor siga siendo el de siempre. Como dato curioso, las mantecadas se presentan en las típicas “cajillas de papel” que son elaboradas a mano por las “cajilleras” oficio tradicionalmente desarrollado por mujeres que pervive aún hoy en la ciudad.