Astorga ha tenido un importante relieve en las letras españolas desde la Edad Media hasta nuestros días. Con el Libro de Alexandre, atribuido a Juan Lorenzo de Astorga, y los poetas cancioneriles del siglo XV, como García de Astorga y Pedro Álvarez de Osorio, marqués de Astorga, se inaugura una tradición literaria continuada en el Renacimiento por Antonio de Torquemada, autor entre otras obras del Jardín de flores curiosas, traducida enseguida al inglés, francés y alemán. La Biblioteca del Seminario Diocesano testimonia el esplendor humanístico que vivió la ciudad, así como la acogida ya en el siglo XVIII del pensamiento ilustrado, con una preciosa edición de la Enciclopedia francesa.

Entre los alumnos del Seminario descuella Enrique Gil y Carrasco, autor de El señor de Bembibre y del Bosquejo de un viaje a una provincia de interior con descripciones de Maragatería. En los albores de la Modernidad Astorga muestra una inusitada actividad editorial e impresora, con numerosos periódicos y revistas. Así, en los años 20 surgen La Saeta y Humo, donde empiezan a publicar Luis Alonso Luengo, Ricardo Gullón y los hermanos Juan y Leopoldo Panero, componentes de la que, años después, Gerardo Diego llamaría Escuela de Astorga. Es este, sin duda, el episodio más brillante en la historia literaria de la ciudad, donde empezarían a recalar, merced a la labor de Leopoldo Panero, escritores de la talla de César Vallejo, Dámaso Alonso, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, José María Valverde…

Los Panero constituyen una de las sagas literarias más singulares de la historia contemporánea cuyo perfil traza la película El desencanto, rodada por Jaime Chávarri en Astorga, donde aparecen Felicidad Blanc y Michi Panero, junto a Juan Luis y Leopoldo María, estos dos poetas muy notables de su generación. Otros autores que ya en la actualidad siguen haciendo de Astorga una insigne ciudad literaria son el crítico teatral Lorenzo López Sancho, el novelista y dramaturgo José Luis Martín Descalzo, los hermanos Esteban y José Antonio Carro Celada, el cuentista Antonio Pereira, el periodista Martín Martínez, Andrés Martínez Oria, y el gran poeta bañezano Antonio Colinas, vinculado desde sus inicios a la ciudad.

Instituciones como el Centro Marcelo Macías o la Asociación de Amigos de la Casa Panero están consagradas al estudio y la difusión de este importante legado literario de Astorga. Asimismo, la asociación Red Europea de Traductores de Castrillo de los Polvazares contribuye a su divulgación internacional con sus encuentros anuales en la pedanía astorguense y sus publicaciones .